Catálogo en línea UEP

Los autores bíblicos, al intentar reconstruir la historia de su pueblo, concibieron una larga etapa entre la conquista de la tierra (contada en el libro de Josué) y la monarquía (tema de Samuel-Reyes). Para ese período de varios siglos solo disponían de tradiciones sobre héroes locales, que habían ido creciendo a lo largo de su transmisión oral. El recuerdo que se tenía de ellos era muy fragmentario y diverso: de algunos se contaban historias interesantes y amenas; de otros solo se sabía que gobernaron en su pueblo o su región determinado número de años. Quizá lo único que unía a estas tradiciones era su carácter local o regional y sus escasas pretensiones religiosas. No sabemos quién tuvo la genial idea de recopilarlas y someterlas a un profundo cambio, convirtiendo a los héroes locales en libertadores de todo Israel (dándoles el título, para nosotros extraño, de jueces) y enmarcando sus historia en un claro mensaje religioso. El resultado final, el libro que ahora conocemos, es fruto de un largo proceso de siglos, y ofrece tres puntos de notable interés: histórico, religioso y literario. Por otra parte, es un libro sorprendente. Si se lee a la ligera, resulta divertido y, a menudo, superficial. En cambio, la lectura atenta y la atención al desarrollo de las diversas historias revelan el carácter trágico de una época.